Cuando uno habla de esquiar en Estados Unidos inmediatamente viene a la mente Aspen, Colorado. Pero la mega estación no es ni mucho menos el único lugar en Estados Unidos en el que los amantes de la nieve pueden disfrutar del blanco elemento. Sin salir del estado de Colorado nos encontramos con Vail, una joya a apenas a un par de horas en coche del aeropuerto de Denver.

El viajero debe ir dispuesto a aflojar el bolsillo puesto que hay pocas cosas baratas en los alrededores. Nada de chollos de los que se puedan encontrar en algunas estaciones del viejo continente. En todo caso el cambio dólar-euro hace que la visita resulte más liviana para el europeo que se deje caer por aquí. El acceso a las pistas ronda los noventa dólares/día. La oferta hotelera está copada por lo mejor del sector con lo cual es difícil encontrar gangas. Eso sí, los servicios a disposición del cliente son de calidad, acorde con el precio. Se recomiendan los alojamientos con piscina climatizada y jacuzzi al aire libre. Nada mejor después de un día en la nieve.

Pero además de la nieve hay otras atracciones en la zona. El centro de la ciudad, construido con cierto aire centroeuropeo, dispone de tiendas en las que dejarse el sueldo a cambio de ropa y equipos de marca a buen precio para el visitante con euros en el bolsillo y ganas de gastarlos. La oferta culinaria es amplia dado el tamaño del lugar: Denver apenas cuenta con cinco mil habitantes censados.

¡Ah! Se habla español: son multitud los argentinos -y nativos de otras partes de Hispanoamérica- que trabajan en Vail durante la temporada alta.

Vail, un paraiso del ski con apenas cuarenta años de historia.

 pedrousa  

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