Aquí las Navidades comienzan justo cuando acaba el largo puente de Acción de Gracias y a principios de diciembre la gente ya desea felices fiestas al personal. Los edificios, comercios y viviendas están ya decorados y, como no puede ser de otra manera, a lo grande. Los centros comerciales siguen haciendo su agosto y continúan la racha comenzada el Black Friday. Como consecuencia no hay quien pise la calle del centro de la ciudad durante el fin de semana.

Al contrario de lo que sucede en España no hay la más mínima reminiscencia del origen cristiano de la celebración. Como mucho algún pequeño detalle en algún barrio latino. Nada de belenes ni imágenes del Niño. Es una fiesta que no pertenece a ninguna religión y que es celebrada por practicantes de todos los credos. ¿Acaso no es así también al otro lado del charco?

En todo caso las fiestas acaban el día 26… Si durasen tanto como en España no lo contábamos.

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