Obama quiso ser el héroe típico americano al tratar de conseguir las Olimpiadas para su país y concretamente para Chicago, que es la ciudad en la que nació. Llegó a Dinamarca, ofreció su discurso y después de marchó. En poco menos de una hora, Obama hizo sus deberes en Dinamarca e intentó convencer a los miembros del COI para que Chicago fuese la elegida. Desde luego el efecto Obama no tuvo éxito aquí, porque al tratarse de Olimpiadas, los miembros tienen muy malas experiencias con Estados Unidos y en esta ocasión se han cobrado la deuda.

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Chicago fue elegida la primer en ser eliminada, primero porque los fondos privados no convencen mucho a los miembros del COI, pero también porque era la candidata que tenía un papel más débil en la pugna y no tuvo poder suficiente Obama para llegar en el último momento y llevarse «el gato al agua», como se suele decir. Chicago se quedó sin la posibilidad de unas Olimpiadas, un país no muy propicio para estos eventos, sobre todo si recordamos anteriores ocasiones.

El discurso de Obama fue muy simple y se basó en decir que había nacido allí y que quería organizar este evento porque le hacía ilusión, aunque a todo el mundo le haría ilusión celebrar un gran evento en su ciudad, pero no pudo ser, por lo que es la primera derrota de Obama a nivel internacional, que jugó un papel de oportunista, pero ni siquiera hizo un buen papel Chicago, que se quedó sin opciones ante el resto de grandes candidaturas que se presentaron.

Foto|Google

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